Despedida, porque tú lo vales

Cómo sobrevivir a un despido en tiempos que pintan muy negro.

Las heridas del paro diciembre 4, 2010

Filed under: Ayudas,Crisis,Desempleo,Luis del Olmo,Sociedad,Trabajo — celiaiglesiasv @ 7:25 pm

Que el Gobierno decida retirar la ayuda de 426 € no es un titular sin más. La crueldad de esta decisión se nos presenta con toda su intensidad en esta llamada al programa de Luis del Olmo.

Yo se lo dedico a mi ex jefe, el magnífico rector. Tal vez aquí encuentre alguna respuesta a la pregunta que me hacía mientras me despedía amablemente: ¿y qué vas a hacer ahora?

 

Una de vaqueros septiembre 9, 2010

Filed under: Relatos — celiaiglesiasv @ 10:32 am

Entre lágrimas, ella lavaba la mantita. No una cualquiera, sino la que el tiempo había ido deshilachando y remendando hasta recordar más a un despeluchado muñeco de trapo, que a la bonita toquilla que había sido. Cada zurcido, a pesar de su escasa destreza, y cada lavado, lo realizaba con un mimo especial, con la esperanza de que hubiese una próxima vez.

La mantita curativa, como la llamaba su hijo, era lo poco que guardaba de él. El único objeto, aparte de alguna foto y un metro flexible tronchado con restos de cemento, que recordaba su existencia.

Los recuerdos, en cambio, eran muchos. Recuerdos que perduraban después de seis años, recuerdos dormidos que le despertaban y desvelaban unas noches y que le reconfortaban y  mecían en otras,  recuerdos intermitentes, recuerdos que se desvanecían, como el sonido de su voz, y recuerdos que se hacían más intensos con el paso de tiempo y que le mantenían presente, tal vez a modo de bálsamo para soportar su ausencia o como un misterioso canal de comunicación con la eternidad.

A ella le gustaba recordarlo como un «JohnWayne»,  modo familiar y jocoso con el que se referían a él su madre y sus hermanos. Su aspecto físico, tanto de joven como a sus 63 años, cuando murió, se asemejaba mucho al vaquero más universal. También su forma de vivir:  abruptamente, tiernamente, festivamente, honestamente.

Era reservado, pero generoso en sus afectos, familiar, gran cocinero, con una mano estupenda para los niños, amante de su trabajo, fiel amigo, de lágrima fácil -veía las películas de amor con un pañuelo en el bolsillo-, apasionado del western, y enamorado.

En una de sus últimas conversaciones entre padre e hija, le confesaba que ahora más que nunca estaba enamorado de su mujer. Confesión que a ella le resultaba desgarradora ahora que no estaba, a la vez que fantástica. Sobre todo cuando pensaba en su madre, su mujer, de quien aprendió cómo despedir a un gran vaquero.

No faltó de nada: amor, mucho amor del bueno; las canciones de su vida, el hilo conductor de una historia, la suya, marcada por las dificultades, la lucha, el apoyo incondicional, el trabajo, grandes dosis de ilusión  y otros muchos sentimientos que durante un mes afloraron en aquella habitación de hospital y que hiceron de la despedida un momento duro, pero mágico.  Hubo tiempo para un brindis final: «lo has hecho muy bien y en la eternidad nos encontraremos».

John Wayne ya no está, pero ella siente que sigue ahí. Otro vaquero del siglo XXI, con menos centímetros, más blandito, pero igual de bravo, Woody, le hacía, a los pocos días de su marcha, un guiño desde las profundidades catódicas y le tranquilizaba con un bonito mensaje: «sigo cuidando de vosotros».

Hoy es 9 septiembre, una fecha muy especial para ella, y también para mí desde hace seis años: la de un adiós, un hasta luego o hasta la eternidad. Y por mi padre, mi particular John Wayne, yo brindo.

 

Aguiño agosto 6, 2010

Filed under: Desempleo,Galicia — celiaiglesiasv @ 2:01 pm

La exitosa Cuéntame, su  ritmo vital  cadencioso, la de aquella España, que  sin embargo  provoca somnolencia a la gran mayoría de nuestros niños y jóvenes Wi,  aún  éxiste. Sus exteriores, sus escenarios idóneos, los encontró en algunos rincones de Alcalá de Henares, pero la ciudad de Cervantes  poco o  nada tiene de aquella España, salvo los tórridos veranos.

En un pequeño punto de la geografía española, en un esquinita, en otros tiempos glorioso puerto de pescadores, el tiempo transcurre ignorando los efectos nocivos del estres dominante en el resto de la piel de toro. ¡Uy, perdón! que desde Cataluña llegan nuevos aires y lo siguiente será multarnos por nombrar a su nuevo animal sagrado, y sobre el que sólo ellos pueden decidir qué tipo  de tortura es la más idónea. De momento, pasearlos con fuego en los cuernos es lo menos vándalo que se les ha ocurrido para proteger sus derechos y erigirse en defensores del toro machacado por los patriotas españoles.

El pequeño punto de la geografía española se llama Aguiño, cerca del imponente Parque Natural de Corrubedo,y  donde exaltan todo: o polbo, a navalla, as xoubas, todo aquello que combine con una cunca de viño. Un rincón cuya vida transcurre igual, ya sea verano y época de veraneantes, o el largo invierno.

Un lugar que, al menos a mí, me reconforta y da la serenidad necesaria para volver a recuperar la fe en la dignidad de las personas, en la decencia y en la amistad, en el amor al trabajo y al terruño.  Del indecente, del jeta, del desleal, ya he tenido dosis suficiente este año.

 

Hot stuff julio 7, 2010

Filed under: Desempleo,Sociedad,Trabajo — celiaiglesiasv @ 3:02 pm

1 de enero, 2 de febrero,…..7 de julio, San Fermín. Y es que los toros de Molés me persiguen: despido olé y ahora, mi primer fichaje en la oficinas del paro coincidiendo con el gran encierro inaugural de los sanfermines.

En el hilo musical suena Hot Stuff, de Donna Summer y, o me lo he querido imaginar, o los pies de unos cuantos se han movido imitando al desinhibido príncipe Charles y a los chicos de Fullmonty.

Mucha cola, varios rostros conocidos, pocas palabras, un día más de sol.

P.D.: en la Universidad todavía hay quien no me quiere olvidar. ¡Viva Cervantes! O mejor Quevedo, el de El Buscón.

 

Carrusel Deportivo y el psicólogo contracorriente… junio 4, 2010

Filed under: Crisis,Desempleo,Periodismo,Trabajo — celiaiglesiasv @ 7:32 am
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¡Qué morbo! Quién volverá a saludarme con el ¡Hola, hola… comienza Carrusel, el de los goles, el de la emoción, el del espectáculo, el de siempre, el clásico, el único… ! He conocido  a quien en su lecho de muerte sólo suplicaba por un bocata de jamón y por una radio para escuchar a Pepe y a Paco. El purito, la pipas Facundo y hasta el cemento Cemex me tenían sulibellada -me encanta este engendro de palabro-.

El mismo morbo, debo reconocerlo, me produce conocer cómo sigue todo por mi ex trabajo; cómo les irá a mis compañeros que no sueltan prenda; cómo será mi sustituta en el cargo; o por qué el Rector de los casi cien días me ve y me da un beso, si no le gusto; o por qué Angels Barceló no se indigna al escuchar a una preuniversitaria, en vísperas de Selectividad, que elegirá Turismo para que no le pregunten cuánto es 2×2; o por qué José Antonio Marina dijo que «el nivel intelectual de la Universidad era gallináceo«; o si la hierbaluisa echará de menos mis caricias. Y otros muchos porqués y morbosidades.

Por fin he conocido a un psicólogo interesante. Yo todavía no he ido – en estos momentos sólo me quita el sueño lo que pasará con Justo Castelo en «La playa de los ahogados», dolores de tripa varios y los efectos del calor en tensiones ajenas-, pero a una amiga le aconsejó que abandonase el hábito y dijese adiós a los libros de autoayuda. La santidad es para otros. Nada de «os deseo lo mejor», sino todo lo contrario, ni lo olvides y además nadie te castigará por ello. La cantinela sería algo así como: «buena sí, nena, pero tonta no» u «ojo por ojo y diente por diente» o  el estilo mazingerzeta de «puños fuera».

Yo era más de «poner la otra mejilla», pero estoy considerando esta nueva corriente. Los otros psicólogos que he conocido siempre te plantan en las narices «El Caballero de la Armadura Oxidada», y tanta autoayuda ya apesta.

¡Uf, qué calor! y mis neuronas sin refrescar. Necesito un poco de música, un Cherry García y que Dios me perdone, esté dónde esté o incluso si se ha reencarnado en Batman.

Frase genial de un niño, también genial, que ganaría a las mejores del Hormiguero:

-Yo llevo en el corazón a Batman.
-Silencio…y minutos más tarde añade: Porque Jesús no existe.
-Pregunta: ¿Y eso? ¿Cómo lo sabes?
-Respuesta: Me lo ha dicho mi cerebro.

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Represaliada I. Que se mueran los feos May 12, 2010


Crecí con esta canción -mi madre la cantaba con bastante frecuencia- y nunca imaginé que aquella letra que tanto nos hacía reír me sirviese de hilo musical para perpetrar un nuevo post.

Definición de fealdad, según la RAE:

1. f. Cualidad de feo.

2. f. Torpeza, deshonestidad, acción indigna y que parece mal.

3. Cosecha propia. Marcianos presuntamente nacionales llegados a Alcalá desde remotas provincias con deseos de salvar a sus habitantes, los alcalianos, de su paletez extrema, pero sin escrúpulo alguno para comer de sus platos. Para curar esta penosa enfermedad cuentan con una pócima mágica, al menos para ellos, sus sacerdotes, sus monaguillos y la famiglia: un zumo de dátil, o un poco de mate de la pampa, o una pizca del mojo verde, el que no pica y empalaga.

Yo soy más de licor de café. El de bananas, sin destilar, se sube mucho a la cabeza, como el de bellota. Sí, que se mueran los feos, tralará. Y si hay hueco, que les sigan los tontolabas.



 

Despido I. El día de los casi 5 millones de parados… May 1, 2010


Formo parte de uno de los grupos más numerosos de este país: gallegos hay algo más de 2.700.000; gallegos seguidores de«larpeiros» -programa friqui donde cocinan de miedo- ni idea, aunque las audiencias lo confirman como uno de los espacios líderes de la TVGA; gallegos fuera de Galicia y que no se hayan sentido concernidos por Rosa Díez, muy pocos-; y parados, tras el desliz de la traicionera informática o del traicionero informático, más de 4.600.000 personas. De ellos, 2 millones son mujeres.

Manuel Rivas, merecedor ya del Premio Cervantes, galardón que parece negarse a escritores «jóvenes», de éxito de ventas y de sobrado talento literario como el propio Rivas o Pérez Reverte, es sin lugar a dudas uno de los novelistas que mejor conoce la esencia del gallego; no del gallego del desliz de Rosa Díez, sino del otro gallego: «En Suiza existe una clínica ultramoderna que te opera de gallego por 10.000 euros», publicó el humorista Chichi Campos.

Saudade y morriña son términos de los que nos hemos apropiado indebidamente.  No se trata de un estado de ánimo sin más, no consiste en sentirse triste porque sí, tras ellos se  esconde toda una historia de desarraigo. No es un término vanal, simplón. La melancolía del gallego no es mala, no es sinónimo de tristeza. ¿Es mala acaso la melancolía que impregna cada una de las líneas de El Camino de Delibes?

Me disperso y es que me pongo a hablar de Galicia y no paro… Me encanta la Galicia de Rivas en «Un espía en el reino de Galicia». Pero volviendo al meollo de la cuestión: nos acercamos a los 5 millones de parados. ¿Y qué significa estar parada o parado?

En mi caso, un sinfín de palabras y emociones: jodida, desorientada, ninguneada, traicionada… mientras todos los días hablan de ti. De un número, de ese número que El Mundo ha sabido traducir en lascaras del paro, de ese número que aumenta por instantes, de ese número titular de noticias que te recuerda a diario tu nueva condición, que te perfora el cerebro como si de una «gota china» se tratase.

El que mejor supo procesar mi nueva situación fue, sin duda, mi hijo, un niño de 8 años que me formuló las preguntas claves:

Primera pregunta. ¿Mamá, ahora ya no vamos a tener dinero?
Veía peligrar su cuento del roedor Gerónimo Stilton que nos tiene a todos los padres globalizados sableados -qué grandes genios y máquinas de hacer dinero los inventores de un ratón con nombre de queso inglés; de pokemons que evolucionan de pikachu a raichu; de criaturas Bakugan que habitan en un mundo paralelo al nuestro y que le hace sombra a las cartas de yu gi ho con poderes sobrenaturales, que sólo los japoneses y los niños españoles «manganizados» entienden-.

Segunda pregunta, la del millón: ¿mamá, qué has hecho mal para que te despidan?
Respuesta: Jander,…..esquivo la respuesta. Ni yo misma lo sé -miento, lo correcto sería decir que no sé qué contarle-.  Aunque siendo como es, no sería de extrañar que él mismo se lo pregunte algún día…

Tercera y cuarta pregunta: ¿mamá, por qué a tus amigas no les han despedido? ¿Y seguirán siendo tus amigas o ya no vas a hablar más con Susi, Cuqui, Olga…?

¡Cien gallifantes…!

Carlos do Carmo interpretando el fado Os putos -niños en portugués-.  A Joana, mi profesora virtual del Camões, le encanta y a mí también. La letra y la música transmite como nadie el valor y la genialidad de la infancia.

 

«La mujer de…» abril 26, 2010


En un mes he descubierto todo lo que puede dar de sí la expresión «la mujer de …»:

«La mujer de … despedida», vitoreaban algunos nada más conocerse mi despido.

Otro, algo más amable, dice: «La mujer de … excelente profesional y estupenda persona, despedida por la ambición de su marido».

«La mujer de … Adiós a la Topilla».  Por lo visto, «la mujer de…» padece de desdoblamiento de personalidad y ha terminado siendo La Topilla , es decir, también es la mujer de… El Topo, un personaje creado por «el de la mujer de…».

«A la mujer de … se le ha visto con currículum en mano por Alcajob -feria del Empleo de la Universidad de Alcalá», anunciaban algunos.

«La mujer de… la que se pasea con su CV, es también la mujer del butanero…» . «La mujer de …» encima tiene la mala suerte de serlo de alguien que se apellida Naranjo, de ahí orange, de ahí naranja, de ahí el color de las bombonas de butano». En fin, los comentarios que le siguen los voy a omitir por soeces, pero en nuestro país son sobradamente populares los chistes sobre el butanero.

Tambien hay quien se alegra de que «la mujer de… pase ahora más tiempo en casa».

«La mujer de…» también es la compañera, mujer, amante o madre de los hijos del de la mujer de… Este último no lo tiene del todo claro.

«La mujer de …» no tiene nombre, aunque todos parecen conocerla muy bien. Resulta además que «la mujer de…» parece que sí llevaba 12 años trabajando en la Universidad de Alcalá, o con anterioridad en su Fundación. Pero para los que han bautizado a «la mujer de…» -muchos de los cuales  por aquél entonces no habían llegado a la Universidad-, esto ha sido posible porque siempre fue «mujer de …». Y si «la mujer de… «vuelve a encontrar trabajo, no será por su experiencia, por conocer bien su trabajo, sino por «ser la mujer de…».

Lo más sorprendente es que «la mujer de…», ni tan siquiera es oficialmente la mujer de nadie. Salvedad ésta que creía innecesaria, pero que no lo es en el caso de aquellos que te otorgan valor por esa condición de «la mujer de…».
Evidentemente, aún padecemos un retraso educativo en cuestiones de igualdad, heredado y mantenido. Una cuestión que me desconcierta aún más cuando se hace evidente en un marco universitario, de donde saldrán -se presupone- algunos de los jóvenes que nos gobernarán. Donde, también se presupone, se encuentran algunos de los sabios de nuestro país.

La cuestión es si a las mujeres no nos queda más alternativa que el silencio, la mirada para otro lado, esquivar el conflicto y rendirnos ante la evidencia de un trato como poco injusto. De lo contrario, también encontrarán argumentos y los mismos que te tratan como «la mujer de» serán los que te tachen despectivamente de feminista o de oportunista.

«La mujer de…» efectivamente no tendrá forma legal de demostrar que ha sido despedida -se trata de un cese-; ni represaliada por ser «la mujer de», aunque no son pocos los que encuentran argumentos para la marcha de «la mujer de… por ser la mujer de… por ser la Topilla» y que confirman con sus testimonios dicha represalia; y agraviada -esto sí, es un dato objetivo, pero que de poco sirve, pues duele por lo que tiene de personal-.

Poca defensa tiene «la mujer de…», que transcurrido un mes en boca de todos, al menos echará mano de las pocas opciones que le quedan o le dejan: este blog, una queja formal ante las asociaciones de periodistas y una carta a la Ministra de Igualdad, que tal vez tenga las claves para explicarle por qué aún hoy muchas mujeres sólo son «la mujer de…», independientemente de cómo hayan hecho su trabajo.

 

Despido olé abril 3, 2010


Desde el 23 de marzo contribuyo a aumentar las listas del paro. Ese día, el que consideraba mi nuevo jefe, me llamó a una hora muy taurina, las 5 de la tarde, para darme la estocada. Bueno, no voy a dramatizar, pues solo dejaré que quede en un cornada.

También este día, pronunciaba un emotivo discurso en el que se acordaba de los parados de este país y del compromiso que tenía la institución que iba a dirigir con ellos. Lo que no dijo es que también él quería contribuir con un despido, el primero y único.

¿Los motivos?: nadie le había hablado mal de mí, incluso las veces que había tenido que trabajar para él lo había hecho razonablemente bien. Bien, pero no suficiente. Tal vez mi nombre, tal vez mi cara, tal vez mi voz, tal vez mi libro de familia… Lo cierto es que no era lo que buscaba. Ya lo había encontrado.

Y me pregunto: puesto que te están mandando a tu casa ¿por qué no lo hacen con clase o con algo más de gracia?

Bueno, me conformaría con un poco de sinceridad. La clase y la gracia son patrimonio de unos pocos.


Pd.: Para un despido tan torero, y para aplicarnos aquello de la gracia, nada mejor que Zizi Possi versionando «
El torero» de Carosone. Aunque la grabación no le hace justicia a Possi.